Productores de salmón chileno detallan qué regulaciones deben mejorar para impulsar RAS
Las empresas nacionales manifiestan que, al ser más controlada y de menor impacto, la tecnología de recirculación requiere normativas que la reconozcan y la incentiven.
Pese a que en este Gobierno no se concretará una nueva Ley Acuícola, desde Subpesca dieron a conocer que impulsan actualizaciones de reglamentos tales como el Reglamento Ambiental para la Acuicultura conocido como RAMA, incentivando sistemas de recirculación (RAS) y la normativa del Reglamento Sanitario conocido como RESA, reforzando así la transparencia sanitaria, y confirmaron que se presentará un proyecto de ley para simplificar la tramitación de ajustes cartográficos y relocalizaciones menores de centros salmonicultores.
Daniel Undurraga, gerente de Producción Agua Dulce en Salmones Camanchaca, afirma que un sistema RAS, al ser más controlado y de menor impacto ambiental, necesita una regulación que lo reconozca e incentive. Esto implica permisos ágiles, estándares ambientales basados en evidencia e incentivos para eficiencia energética y energías limpias. Es fundamental contar con normativa clara que permita distintos tipos de proyectos bajo altos estándares, asegurando competitividad y sostenibilidad en la industria.
Luego, Andrés Sepúlveda, gerente de Producción Agua Dulce de Salmones Austral, indica que los proyectos RAS son de un alto costo aun cuando sus beneficios a posteriori son innegables, con lo que las empresas necesitan una mano en esto y tal vez, a su juicio, la banca o las instituciones como Corfo puedan generar estos espacios que ayuden a los productores con inversión, en una alianza colaborativa entendiendo que se está impactando positivamente al medio ambiente.
Por otro lado, Sepúlveda puntualiza si bien en temas normativos los requisitos están claros, para poder sacar adelante una DIA (Declaración de Impacto Ambiental), hay que considerar al menos un par de años. En resumen, “debemos trabajar juntos en lo que significa inversión, innovación, trabajo y desarrollo”.
Mientras que Arnoldo Barahona, subgerente de Agua Dulce en Invermar, expone que la normativa debería ofrecer un marco de beneficios tangibles por el menor impacto ambiental de los sistemas RAS, especialmente aquellos que logran cero o bajo vertimiento, control de residuos sólidos y una alta eficiencia hídrica. Un proceso de aprobación ambiental más rápido y simplificado para proyectos RAS que demuestren el cumplimiento de altos estándares de sostenibilidad en este caso.
“Reducciones de impuestos o acceso a financiamiento preferencial para inversiones en tecnologías de recirculación. Promover la adopción de RAS para diversificar las especies cultivadas (como el salmón coho), otorgando seguridad jurídica y permisos claros para el desarrollo de nuevos ciclos productivos en tierra”, sostiene Barahona.
La regulación, a su entender, debe evolucionar de un enfoque reactivo a uno proactivo y diferenciado, que recompense la inversión en tecnología limpia y de alta precisión, como el RAS y el I-RAS, reconociendo su valor para la sostenibilidad global de la industria del salmón.