Anuncio

“La pregunta ya no es si el RAS llegó para quedarse, sino cómo lo transformamos en una herramienta real de competitividad ”

Expertos durante el panel "RAS el futuro de la salmonicultura"

Ingeniería, regulación, biología y sanidad convergieron en un panel que dejó claro que los sistemas de recirculación no son solo una tecnología emergente, sino una oportunidad estratégica para avanzar hacia una salmonicultura más precisa, integrada y sostenible.

Published Modified
Anuncio

El avance de los sistemas de recirculación acuícola (RAS) está marcando un punto de inflexión en la evolución de la salmonicultura chilena. Este escenario quedó de manifiesto durante el Seminario Internacional RAS “Chile y el Mundo”, realizado el pasado jueves en Puerto Montt, encuentro que reunió a autoridades, expertos, investigadores y representantes de la industria acuícola chilena para analizar en profundidad los avances tecnológicos, los desafíos regulatorios y las proyecciones de esta tecnología tanto en Chile como a nivel global. 

En este contexto se desarrolló el panel de cierre del seminario, titulado "RAS el futuro de la salmonicultura",  donde especialistas del ámbito de la ingeniería, la regulación, la biología y la sanidad del país, coincidieron en que el desafío actual del RAS ya no está en la incorporación de nuevas herramientas, sino en la capacidad de integrar conocimiento, datos y capital humano en un modelo productivo coherente y de largo plazo.

Desde la experiencia operativa, Mario Palma, investigador e ingeniero en Foster Aqua, explicó que operar un RAS de precisión implica mucho más que automatizar procesos. El nivel de industrialización alcanzado por las instalaciones, la convergencia tecnológica entre sensores, automatización y control centralizado, así como la confiabilidad del equipamiento y la mantención predictiva, fueron identificados como factores críticos para asegurar eficiencia y estabilidad productiva. En ese sentido, se recalcó que el éxito de estos sistemas también depende de las personas, destacando que “operar un RAS de precisión no depende solo de sensores o automatización, sino del nivel de industrialización, la convergencia tecnológica y la capacidad humana para tomar decisiones correctas”, enfatizó el ingeniero. 

Mónica Rojas. Subdirectora de Aquicultura Senapesca.
Mario Palma. Ingeniero e investigador en Foster Aqua.

La discusión avanzó luego hacia el rol de la regulación en el desarrollo del RAS. Desde el sector público, Mónica Rojas, Subdirectora de Aquicultura Senapesca,  reconoció que estos sistemas representan una alternativa clave para avanzar hacia una acuicultura más sostenible, especialmente frente a desafíos como el cambio climático y la escasez hídrica. No obstante, también se advirtió que la normativa vigente no fue diseñada considerando las particularidades productivas de la recirculación, lo que ha generado incertidumbres y barreras para su expansión. En este contexto, se planteó la necesidad de avanzar hacia marcos regulatorios más flexibles, orientados a resultados y acompañados de mecanismos formales de cooperación público-privada, considerando que “los sistemas RAS son una alternativa fundamental para el desarrollo sostenible de la acuicultura, pero requieren regulaciones específicas que se adapten a sus riesgos reales”.

De la mano con lo anterior, al ser consultada sobre si el marco regulatorio actual incentiva suficientemente la innovación en tecnologías de cultivo más sostenibles, Rojas reconoció que la normativa que regula la acuicultura en Chile ha tenido históricamente un carácter reactivo, evolucionando desde un escenario inicial más liberal hacia esquemas de control cada vez más detallados, especialmente tras la crisis del virus ISA. Si bien este proceso permitió fortalecer la bioseguridad y la prevención de enfermedades, también rigidizó la regulación, cerrando espacios para la innovación al enfocarse excesivamente en los medios y procedimientos. 

En ese contexto, la autoridad planteó que los actuales procesos de actualización normativa representan una oportunidad para avanzar hacia marcos más flexibles y orientados a resultados, capaces de cumplir los estándares sanitarios y ambientales de manera más eficiente. Rojas sostuvo además que desde Sernapesca existe plena disposición a colaborar en la generación de incentivos y condiciones que fomenten la adopción de nuevas tecnologías, facilitando así un desarrollo productivo más sostenible e innovador.

El pez como indicador central del sistema

Hans Kossmann, SalmoClinic.

Desde la biología y el bienestar animal, el panel incorporó una mirada clave sobre el comportamiento del pez en sistemas de recirculación. En esa línea, Hans Kossmann, fundador de SalmoClinic, centró su intervención en la fisiología y el comportamiento de los peces en ambientes RAS, destacando la importancia de comprender cómo estos factores influyen directamente en el desempeño productivo y en la anticipación de posibles desviaciones sanitarias y operacionales.  Se explicó que, si bien los peces operan dentro de rangos fisiológicos tolerables en RAS, estos no siempre son óptimos, lo que implica un mayor gasto energético y potencial estrés crónico.

En este escenario, el comportamiento del pez surge como un indicador temprano para anticipar desviaciones productivas, apoyado por tecnologías como el análisis de imágenes y la inteligencia artificial, capaces de detectar patrones asociados al crecimiento, la conversión alimenticia y el bienestar. Kossmann fue categórico con este factor: “El comportamiento del pez es uno de los indicadores más potentes para anticipar problemas productivos”. 

La dimensión sanitaria reforzó esta visión integrada. Marco Rozas, CEO de Pathovet, fue enfático en señalar que el RAS debe dejar de analizarse solo desde la ingeniería. “No producimos tecnología, producimos peces”, sostuvo, enfatizando que el pez debe ser el principal sensor del sistema.

Marco Rozas. Pathovet.

Rozas enfatizó en que los principales riesgos sanitarios no suelen estar asociados a patógenos complejos, sino a fallas humanas vinculadas a la gestión, la estabilidad de los equipos y el manejo de la calidad del agua. En ese sentido, se planteó la necesidad de avanzar hacia sistemas de diagnóstico temprano o “pre-morte”, apoyados en sensores blandos, cambios de comportamiento, DNA ambiental y plataformas integradas de datos, con el objetivo de anticipar riesgos antes de que se manifiesten clínicamente. 

De forma transversal, el panel coincidió en que el capital humano es el factor que articula todos los componentes del RAS. La creciente complejidad de estos sistemas exige equipos técnicos y operativos altamente capacitados, capaces de interpretar información, tomar decisiones basadas en datos y anticipar desafíos biológicos y sanitarios, tanto en tierra como en la transición al mar. En ese sentido, se remarcó que “el futuro del RAS no depende solo de sumar tecnología, sino de conectar conocimiento, datos y personas”.

El cierre del panel dejó una reflexión común: el RAS no es una infraestructura aislada ni una solución puntual, sino una plataforma integrada que combina ingeniería, biología, sanidad, regulación y gestión humana. Bajo esta mirada, el desafío para la salmonicultura chilena ya no es decidir si avanzar en RAS, sino cómo hacerlo mejor, de manera más integrada, segura y con una visión de largo plazo que permita capturar plenamente su potencial productivo y ambiental.